La rama y la piedra

A veces pedimos respuestas con palabras…
pero la vida nos responde con imágenes.

Yo estaba allí, joven, buscando un camino,
en El Totoral, entre árboles y agua viva.
No sabía qué hacer, ni cómo escuchar.
Solo sabía que algo en mí necesitaba una señal.

Y entonces la vi.
Una rama, incrustada con fuerza en una piedra.
El agua del riachuelo pasaba con violencia,
pero la rama no se movía.
No se rendía.
No se dejaba llevar.

Ahí entendí lo que no sabía decir con palabras:
que cuando algo está sembrado en el corazón,
cuando una verdad es real dentro de ti,
nada puede arrancarla.
Ni el miedo.
Ni la duda.
Ni el tiempo.

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Lo que la vida susurra cuando uno se detiene